¿Crees que vas a leer una valoración política o económica más? Pues no, ya os adelanto que no es mi intención.
Sin embargo, sí que me gustaría valorar cómo esto nos está afectando a los profesionales de la comunicación, a los dircoms y a los ejecutivos de agencias de comunicación que trabajamos en el ámbito de las relaciones mediáticas. Porque esta tribuna únicamente pretende hacer una reflexión sobre la situación de nuestro trabajo en estos momentos.
Lógicamente, a los que nos esté afectando directamente porque nuestras empresas estén cambiando sus sedes, tengan allí filiales o nuestros directivos se hayan o quieran posicionarse, estamos en un periodo convulso, con mucha exposición pública. Aunque no sea el tipo de cobertura con la que hubiéramos soñado en nuestros planes de comunicación de 2017.
Pero, ¿y para el resto? Competir informativamente es imposible en un momento en el que la actualidad manda y en el que todos los periodistas necesitan cerrar sus informaciones en la escalada de acontecimientos. Tienen que valorar la repercusión en la economía, en aspectos laborables, en el deporte, en la cultura, y en cualquier tipo de ámbito informativo. Así, los planes de comunicación se están posponiendo porque intentar lanzar un producto al mercado, realizar un acto, o incluso, casi enviar una nota de prensa, se ha vuelto complicado porque vemos que no tendrá la mejor aceptación y repercusión. No nos parece el mejor momento. Somos en definitiva un daño colateral más.
Pero los acontecimientos no paran y ¿podemos dejar de comunicar? Está claro que no.
Así que suerte a todos los que trabajamos en el ámbito de las relaciones con los medios de comunicación. Tenemos que continuar trabajando por nuestras empresas y nuestros clientes.
Y ya llegará la tranquilidad informativa…
Por Silvia Peñalver, Directora de Comunicación y PR de Quum Comunicación
