El poder de la comunicación en el ecosistema FinTech

Recientemente hablando con uno de los top influencer FinTech, el reputado profesor Rodrigo García de la Cruz, quien ostenta la presidencia de la Alianza FinTech Iberoamérica, discutíamos sobre ¿Por qué es necesario desarrollar ecosistemas FinTech en los países?, ¿Qué se necesita realmente para crear estos ecosistemas de emprendimiento en innovación financiera?, ¿Qué medidas se deberían tomar para atraer innovación y talento? Todas estas cuestiones son  clave para desarrollar un país FinTech y, por supuesto, España no puede perder la oportunidad de subirse al tren.

Este año, desde luego, los reguladores españoles han pisado el acelerador. Es una buena noticia; han abierto una ventana de  oportunidades para las empresas que quieran traer negocio, a propósito del Brexit. Asimismo, están inmersos en el desarrollo de un Sandbox que permita poder probar nuevos modelos de negocio para que estén regulados con una base jurídica sólida. Aún no sabemos qué tipo de SandBox conviene a España porque ciertamente existen en otros países como Reino Unido, Singapur, Australia, y Canadá, pero cada uno está condicionado a las necesidades propias. El que España pueda avanzar con ello supone una gran oportunidad, sería el primer SandBox en habla hispana, la situaría en una posición excelente en nuestro entorno.

Hablar de un país FinTech genera la necesidad de que la sociedad entienda qué es ese ecosistema que está revolucionando el mundo financiero, permitiéndole no ser un mero espectador sino un agente activo si hablamos de países desarrollados; y en aquellos en los que aún la inclusión financiera es necesaria, las FinTech son una oportunidad única de desarrollo.

Las FinTech están seduciendo al mundo; se estima que en la actualidad hay alrededor de unas 15.000 empresas de este tipo, con EE.UU y Reino Unido liderando el universo FinTech.  Hay que generar un universo de comunicación y formación financiera en torno a ellas, porque en el Internet de las cosas; transformarán nuestro mundo, los hábitos de consumo, multiplicando de forma exponencial canales de negocio a través de la innovación. Este punto está muy ligado al talento tecnológico y su desarrollo.

En España, la Asociación Española De FinTech e InsurTech logró un gran hito durante su primer año: presentar un Libro Blanco de regulación FinTech; que sirviera de hoja de ruta al sector. Ahora tiene un gran reto por delante: la formación sobre las FinTech. Un gran trabajo ha sido clasificar la tipología de estas empresas para hacer entender qué comprende este sector disruptivo: divide en 12 verticales en función de los servicios que ofertan sus miembros.

Así pues vemos las diferencias y cómo comunicar con mayor precisión qué engloba cada una: Asesoramiento y gestión patrimonial, Finanzas personales, Financiación alternativa, Crowdfunding y Crowdlending sobre activos o bienes tangibles, Servicios transaccionales y divisas, Medios de pago, Infraestructura financiera, Criptocurrencies y Blockchain, InsurTech, Identificación y onboarding online de clientes, Big Data y los nuevos Neobanks y Challenger bank. Cualquiera de estos sectores aporta valor al consumidor. Es difícil destacar entre todos, dicen desde la AEFI, pero desde luego los medios de pago y la capacidad de hacer eficiente los movimientos de dinero son ya una realidad. Vamos inexorablemente hacia el dinero digital y ya estamos viendo esta realidad a través de la banca móvil.  En Africa, el caso de Vodafone con el lanzamiento, en el año 2007, de  una aplicación llamada M-Pesa se ha convertido en todo un éxito como alternativa al efectivo como medio de pago ante la falta de bancarización de muchos de sus habitantes.

Los bancos, que en principio consideraron a las FinTech como enemigas, están siendo conscientes del poder de las mismas. Muchos trabajan ya en crear estructuras de colaboración que les permita desarrollar plataformas de servicios financieros en los que el cliente esté en el centro de sus estrategias mejorando la eficiencia operativa e incluso explotando mejor sus datos. La banca tradicional se ha visto obligada a desarrollar nuevas capacidades cognitivas a partir de Internet, de las FinTech, de la necesidad de procesar grandes cantidades de datos con el foco en proveer nuevos servicios y capacidades personalizadas al cliente final.

Nuevas herramientas de finanzas personales permitirán ayudar en la gestión financiera a muchas personas a la hora de tomar sus decisiones de inversión. Prometen mejorar nuestras finanzas, modernizar aún más la sociedad, así que hay que aprender el ABC de las FinTech cuanto antes, pues han llegado para quedarse igual que Facebook, Amazon, Linkedin… van ganando terrenos de conquistas personales. Estamos cada vez más cerca de introducir conocimientos en nuestro cerebro sin demasiado esfuerzo, el sueño de aprender a lo Matrix.

 

Por: Cristina Murgas, Directora de Comunicación Área Financiera e Institucional de QUUM Comunicación

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