La compañía llevaba varios años operando sin un posicionamiento claro ni un nombre adecuado a sus expectativas a medio/largo plazo. Querían diferenciarse, dejar claro a sus públicos que su actividad era diferente, no se trata de dar lo que te piden, se trata de ofrecer siempre algo más, sorprender y elevar el nivel de exigencia de sus clientes y potenciales clientes día a día. Desde este punto de partida la compañía pidió ayuda a Quum para reposicionarles y crearles una identidad tanto verbal como visual que potenciase su valores, su esencia y su propuesta de diferenciación.
El primer paso fue definir qué posición queríamos que ocupase la marca en la cabeza sus públicos. El eje de posicionamiento elegido se basó en los conceptos Explorar y Sorprender, inspirados en un público que busca productos nuevos, exóticos y de calidad y que demanda distribuidores que tengan el valor de explorar y buscar productos sin pensar en fronteras y en modas. Para sostener este idea verbalmente Quum desarrolló un naming para la compañía que hiciese pensar al receptor en el arduo esfuerzo y la ilusión con la que la compañía se lanza al mundo a buscar ideas nuevas. El nombre elegido fue The Wine Pilot, una declaración de intenciones más que una definición del producto que venden.
«Se creó un nuevo nombre que transmitiese el arduo esfuerzo y la ilusión con la que la compañía se lanza al mundo a buscar ideas nueva.»
La identidad verbal se completó con una identidad visual sencilla, clásica, compuesta por un logotexto con tipografía handwritten y un símbolo complementario que lo apoya, una gran hélice. Además, se proyectó todo el universo visual de la marca y se diseñó todo el material corporativo, plv, merchandising, web y experiencia en locales comerciales, partners.
